Nomen est omen

«Nomen est omen»
(el nombre es un presagio)


Dice la tradición que con la elección del nombre se transmite al recién nacido una serie de cualidades, que el nombre que eligen nuestros padres encierra el significado preciso de cómo somos. Todo esto tiene suma importancia para un buen puñado de gente, sin embargo, otros muchos no consideran plausible esta circunstancia.

Lo que sí es cierto que el nombre impuesto habrá de acompañarnos hasta el fin de nuestra existencia y deberíamos encontrarnos cómodos con él; en caso contrario, mejor será cambiarlo. La ley lo permite y numerosas personas optan por ello.

Mi nombre es Ignacio. Así, sin más: Ignacio, a secas. Mis padres no quisieron ponerme un primer nombre del estilo de Juan o José. 
  • De esta manera, resulta presumible que me transmitieran un carácter fogoso, según la etimología que lo hace derivar del latin ignis
  • Hay quien afirma que significa hijo querido con origen indoeuropeo etrusco y osco-samnita: gnatus.
  • Otra tesis también indoeuropea lo explica desde en-gnatusnacido del lugar, indígena.

Tras analizar las tres opciones, resulta que hago gala por igual de las características que otorgan las tres.
  • Soy una persona fogosa, que se apasiona con lo que cree y actúa en consecuencia. 
  • Me consta que soy un hijo querido, pues así me lo han manifestado mis padres, que después de tres niñas buscaron el hijo varón (desconozco si el termino gnatus distingue entre masculino y femenino. Aún hubo de venir detrás de mi otra niña). Total un 4 más 1.
  • En mi carácter se ha materializado un amor por mi tierra, sus gentes y nuestra cultura.

Reconozco que me siento cómodo con mi nombre, a pesar de que pueda parecer lo contrario por el uso que hago del hipocorístico Nacho, con el que también me identifico, dado que así me llaman la mayoría de mis seres queridos. Incluso desde la numerología el nombre de Nacho me predestina a ser un espíritu libre (vaya paradoja), inquieto y analítico.

Hay quien se empeña en ponerme un 'Jose' por delante, con lo que incurre en una falta contra el destino que mi nombre me tiene asignado.

Sobre este tema he escrito un relato:
Un tal 'Jose' Eduardo

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