¡COMPROMETIDO!

El estado de derecho se debe distinguir por la transparencia judicial y punitiva. Los miembros del aparato del estado deben distinguirse más si cabe en el cumplimiento de la ley. En especial los miembros de las distintas policías. Por ello se deben castigar sus delitos con mayor dureza que si de ciudadanos de a pie se tratase. El delito de torturas es uno de los más graves que puede cometer un policía -precisamente su excepcionalidad y su castigo marcan la diferencia entre democracia y dictadura- y debe ser condenado con todas las de la ley. Solicitar un indulto queda dentro de la ley según los supuestos que esta contemple; pero que, ante un caso así, sea el propio gobierno quien lo solicite, además de grosero e inoportuno resulta de poca eficacia democrática. ¿Qué confianza puede tener un pueblo si quienes están para servir al pueblo, se sirven de las leyes para su beneficio? ¿Cómo un pueblo va creer en su policía, si miembros de ella condenados por los jueces son perdonados

Trabajando por la paz se puede llegar a ella. Con la violencia no se engendra sino más odio y violencia, y de esto los españoles sabemos un rato con cuatro guerras civiles declaradas, y alguna más no declarada, en las que al final solo pierde el pueblo llano. Los grandes generales las hacen desde sus despachos y en el peor de los casos siempre tendrán el reconocimiento póstumo de la nación, pero al pueblo ¿quien le reconoce nada cuando todo se ha perdido? La guerra la declaran gente que se conoce y no se matan (al final se dan un abrazo) y mueren y matan gentes que no se conocen: ¡MAYOR IMBECIBILIDAD QUE ÉSTA?

  Huelga general 14N Nosotros hemos cerrado nuestro negocio hoy porque estamos en contra de cualquier totalitarismo (aunque lo apoyen once millones de votos), porque creemos que los recortes no persiguen ahorrar sino asegurar que a los gobernantes no les falte su salario. Los recortes en educación están claros, un pueblo ignorante es un pueblo dócil. ¿Por qué no recortan la desmedida clase política? Sobran muchos senadores, directores generales, asesores... ¡Total para hacerlo tan mal! El derecho a la huelga debe ser compatible con el derecho al trabajo, por ello los piquetes que lo impiden son tan coercitivos como aquellos empresarios que coaccionan a sus empleados para evitar la huelga. Ambos casos son ejemplos de violencia intolerante. Pero… ¡mayor violencia que la ejercida por quienes fueron elegidos para administrarnos! y… desde su poltrona tan sólo se han dedicado a cometer el mayor atropello y destrozo en derechos sociales que nunca jamás ha sufrido el pueblo español

El maltrato animal es muestra de la soberbia del ser humano. Se cree un ser superior con derecho a todo. Y… ¿si los animales tuvieran alma? Antes de llamarme de todo os recuerdo que hubo una época en que se discutía esto mismo de los negros (hombres de color, ¿de qué color?) y de las mujeres. Claro que también cabría preguntarse ¿qué es el alma? ¿Realmente existe? Lo que está claro es que quien maltrata a un ser vivo, animales o personas o incluso seres inertes, es un desalmado. No he pretendido ofender creencias, tan sólo apuntar posibilidades y dejar claro mi postura contra el maltrato al animal. ¡Salvajes!

Siete millones y medio de catalanes tienen el privilegio de poder expresarse en catalán y español-castellano. Negar este último idioma es negar un derecho. Siempre entendí, desde que tomé conciencia social y revolucionaria, que la evolución social consistía en sumar derechos y no restarlos. Limitar o anular este derecho al idioma, así como otros derechos no es justo; es retrogrado, es autoritario, es involución, es antidemocrático: ¡golpista!