Vandalismo consistorial contra el Bosque de la Danza
Vandalismo consistorial contra
el Bosque de la Danza
Sra. Alcaldesa de Logroño:
Leo sorprendido y ofendido la carta-manifiesto que Perfecto
Uriel, director de la Casa de la Danza, ha publicado en Facebook. En ella se
informa de la desaparición de 50 de los 60 árboles que formaban el Bosque de la
Danza desde la plantación de los primeros ejemplares en 2009.
Los árboles plantados ―y ahora masacrados― responden a una
iniciativa cultural con tintes ecológicos. Pero de esto Uds. deben saber poco.
En lo que les conozco poco se prodigaron en la defensa de tales artes. Cultura
y ecología deben ser para ustedes palabras subversivas que conviene perseguir.
Los árboles plantados ―y ahora expoliados― fueron costeados
por ciudadanos de nuestra ciudad comprometidos con ambas causas: cultura y
ecología, ¿recuerdan? o… ¿ni siquiera saben de que se trata?
Los árboles plantados ―y ahora asesinados― ya sufrieron el
menosprecio de su gobierno cuando impidieron la plantación de nuevos ejemplares
con la peregrina argumentación del concejal de medio ambiente, Jesús Ruiz
Tutor, de que «no iba a permitir plantar árboles a cualquiera».
El concejal de medio ambiente, ¡sí de medio ambiente!, queda
marcado por la deshonra, no solo, de ser el irresponsable de semejante
desafuero, sino de sacar pecho ante las críticas vertidas contra su persona por
este acto vandálico.
Los árboles del Bosque de la Danza gozaban de buena salud
como bien podían observar quienes paseaban por su entorno. ¿Se han acercado
usted, alcaldesa, o su concejal alguna vez?
Los árboles del Bosque de la Danza eran patrimonio de la
ciudad; es decir, de cada uno de los logroñeses y visitantes, no de su
gobierno. ¿Tanto les molestaba su existencia?
Ginkgo bilobas,
madroños, cipreses, laureles, álamos, ciruelos y nogales: una apacible compañía
que además de proporcionarnos réditos ecológicos, suponían un hito cultural al
llevar asociado cada uno de ellos el nombre de insignes bailarines, alguno de
renombre internacional. Un legado que ustedes han destruido.
«No somos arboricidas» ha replicado el irresponsable
municipal. Permítame el mayor de los desacuerdos: Lo son. No encuentro ninguna
diferencia entre aquellos gamberros que por su ignorante arrogancia deciden
arrasar como diversión con todo lo que pillan, y quienes desde el orden y la
autoridad planifican y justifican el derribo de un símbolo de armonía y futuro
como son los árboles.
Sra. Alcaldesa de la ciudad de Logroño, me uno a las
protestas ciudadanas y le exijo:
- Explicaciones coherentes del acto vandálico.
- La restitución, por parte del Consistorio logroñés, de los 50 árboles arrancados del Bosque de la Danza.
- La destitución o la dimisión del irresponsable que ha tomado la justicia por su mano causando perjuicio al medio ambiente y dando una bofetada en la cara de toda una profesión de artistas preocupados por el medio ambiente y el legado de futuro.
Ignacio Achútegui Conde
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