Desterrados por el franquismo II
Derecha: Bernabé Sáez Santacruz, autor y protagonista Izquierda: Ernesto Muro Díaz., coautor |
Fragmentos del libro Desterrados por el franquismo de Bernabé Sáez Santacruz y Ernesto Muro Díaz
1935. II República. Gobierno radical-cedista
El caciquismo endémico se ceba en un niño de diez años y su familia.
«[…] es evidente que muchos de los
principios que inspiraban y sustentaban a la II República no llegaron a
implantarse plenamente en toda España. [...]
Andrés tomaba una goma larga y
gruesa y la emprendía a golpes con el muchacho [...] Golpeaba sin control [...]
hasta dejar al pobre chico prácticamente sin conocimiento [...] A continuación
intervenía la señora Matilde [...] Nos impresionaba mucho ver como alguien que
podría ser nuestra madre era capaz de golpear a un niño del modo como ella lo
hacía. [...] le tocaba el turno a Félix, el maestro, que se aplicaba con la
misma saña [...] La perversa ceremonia la cerraba Jacinto, el cura director
[...] A sus pies, en estado de inconsciencia, yacía el lacerado muchacho».
Entre comillas fragmentos textuales del libro
Todavía el golpe de estado franquista no había traído la guerra.
1936. II República. Golpe de estado contra el gobierno del Frente Popular
En La Rioja no hubo guerra, solo criminal represión.
Los falangistas y requetés campaban
a sus anchas. El 20 de julio de 1936 mataron a su hermano Eusebio (20años). Cuando
el padre preguntó porqué, se lo llevaron. Al otro hermano, Damián, lo mataron
en la Pedraja. Torturaron a Aurelio, hermano de trece años. Torturaron a la
madre para obligarla a huir de su casa, de su pueblo, dejando atrás un marido
detenido (que sería asesinado) y dos hijos asesinados. Vagando de pueblo en
pueblo, mendigando para sacar adelante a los cuatro hijos (13, 11, 7 y 4 años)
a los que perdonaron la vida. El de 11 años era Bernabé, el narrador de la
historia.
¡Narrador digo! Autores fueron
quienes cegados por la bárbara sinrazón y vestidos de azul y boina roja no quisieron consentir que la esperanza por
desterrar la miseria del pueblo español cuajara en sus corazones y se
hiciese realidad, y así torturaron,
mataron y desterraron personas y sueños.
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